Por: Milton Rojo
A la salida de Trump de fijar aranceles a México en caso de no cumplir en la agenda de migración y tráfico de drogas, junto con Canadá, fue una jugada del próximo mandatario americano.
El meter a Canadá en el paquete es fomentar el anti-mexicanismo que el país de la hoja de maple ha estado desplegando con un discurso de sacar a nuestro país del T-Mec.
Además, debemos recordar que el discurso Trumpiano fue contra el tráfico de drogas y contra los armadores de vehículos, todo porque ambos temas duelen en la base social del pueblo americano: empleos perdidos e hijos fallecidos por drogas sintéticas. Trump lo sabe y por eso alimenta a su base política.
Por ende, al hablarle a su base social pone contra la pared a sus socios comerciales, pero principalmente a México que ya le conoce la medida y ante esa jugada, la presidenta Sheinbaum juega igual que López Obrador, le escribe una carta.
Sheinbaum escribe la carta, pareciera que quien la hizo fue Ebrard, ya que días antes Marcelo habría dicho lo mismo. Si es Blof de Trump la jugada es correcta, pero si es real la jugada es la menos peor… Porque ante un bravucón en la Casa Blanca vale más enfrentarle, pero el problema es que en esta lucha de arancel contra arancel, los americanos nos pueden sacar el aire.
¿Qué va a pedir a cambio Trump? Si en 2019 pidió una Guardia Nacional en el Suchiate y en el Bravo, si la agenda económica es migración, armadoras de carros y tráfico de drogas sintéticas.
Por lo pronto, será pedirles a las armadoras como GM, Chrysler y Ford que si se salen de Detroit les pondría un arancel hasta de 200% o más.
Lo cierto es que el nuevo régimen está replanteando su condición y su relación económica con el mundo, si el neoliberalismo hizo el TLC hoy T-MEC, ¿sostendrá Sheinbaum ese tratado? O, ¿virará hacia oriente?
Por lo pronto, Trump está preparando una mega deportación, ayer se reunió con el gobernador Abbot en Texas y con la patrulla fronteriza, con la finalidad de hacer los preparativos para ir trabajando en esas masivas deportaciones hacia México, por ello, va por construir centros de detención en ciudades cercanas a nuestro país. Eso sí, en su anterior gobierno Trump deportó 1.5 millones de migrantes, mucho menor que los 2.9 millones deportados en el primer gobierno de Obama y 1.9 millones en el segundo período. Trump va por más.
Con cartitas y palabras se enamora a una mujer dice la canción, pero también se puede ganar tiempo con un presidente… veremos cómo le va a ir a la presidenta Sheinbaum, por lo que habrá que esperar la respuesta de Trump.
Trump va por deportar y detener el flujo migratorio y también el flujo de drogas, vamos a ver qué sigue pidiendo Trump… por lo pronto ya va tomando color y el perfil de su gabinete más parece un reality que un equipo político que va a gobernar una nación poderosa, esa es la señal que Trump va sin freno y eso lo vuelve bastante peligroso. Al tiempo.
