La perfección del carácter consiste en vivir cada día como su fuera el último. Sin apresurarse, sin apatía, sin pretensiones. Marco Aurelio
Por: Montserrat Vargas
Siempre que se habla de “la paz”, se trata o se mira ésta como si fuese la ausencia de la guerra o la violencia física…
Sin embargo, desde mi punto de vista como mujer indígena originaria del pueblo warijó, hablar de la paz es saber y ser consciente de que tengo un lugar en donde habitar libremente…. Así comienza el artículo titulado “La paz para una mujer warijo”.
El retrato literario, que se expuso en recientes días, generó asombro en mi persona.
Habla de la perspectiva que tiene Brenda López Santaneño, mujer warijo que describe su concepto de paz desde el trato a su comunidad con un enfoque jurídico.
Por considerarlo importante, tomé la decisión de transmitirlo en este espacio con el objetivo de que más personas pudieran reflexionar sobre el tópico.
Brenda López Santaneño, es abogada por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Es una joven activista que, como gestora cultural, busca enaltecer las cualidades esenciales de los warijos.
Su participación en diferentes eventos culturales ha permitido trascender las tradiciones warijas, las necesidades y los retos más urgentes para salvaguardar su idioma y su cultura.
El grupo étnico originario guarijíos puede ser localizado entre los estados de Sonora y Chihuahua, se referencia que su vida fue construido acorde al entorno cultural, alternando la movilidad para la caza y la recolección de frutos y raíces comestibles, como todo grupo étnico ha sufrido las consecuencias jurídicas de un México que aún desconoce su riqueza cultural.
Esta pequeña columna, es una invitación para conocer más del tema para entender una lucha de una joven abogada por el reconocimiento de su comunidad; y en el proceso aprender una cosmovisión que aún tenemos nublada.
Porque diría Brenda Lopez Santaneño; “…estoy segura de que, para vivir plenamente, es necesaria la cooperación entre grupos, el respeto mutuo entre los pueblos y las personas. Hay que construir y recibir una educación cuya base provenga de la propia comunidad y de la propia cultura, que tenga por fundamentos la tolerancia, el conocimiento y el respeto de los derechos y las libertades fundamentales.”
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