Por: DIANA SAAVEDRA
CDMX.- A lo largo del siglo XX las mujeres se incorporaron a los deportes de forma gradual hasta estar en casi todos, pero aún hace falta derribar algunas barreras e impulsar el derecho al juego, planteó Hortensia Moreno Esparza, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género.
“Su marca de nacimiento es la exclusión; es porque las primeras definiciones están relacionadas con la masculinidad orgánica. El discurso es que se trata de un ámbito de experiencia para producir masculinidad”, explicó la también fundadora y editora de la revista Debate feminista.
Aunque la situación cambió y poco a poco las mujeres lograron incursionar en disciplinas que hasta hace poco eran consideradas exclusivas del hombre, como el boxeo, aún es necesario trabajar en la aceptación y equidad, añadió la académica universitaria.
“Dependiendo de la antigüedad del ingreso de las mujeres a los deportes vamos a ver espacios más igualitarios y cuando la exclusión se acaba de derrumbar, es más difícil aceptar la inclusión”, destacó.
En este escenario, sostuvo Moreno Esparza, la UNAM cumple un papel importante al exigir lo mismo a hombres y mujeres: “Me parece muy significativo que en los últimos cinco años quienes han destacado en el deporte universitario son las mujeres, son las que ganan más competencias internacionales. Esto se debe a que aquí hay una voluntad de fortalecer este espacio para que ellas ingresen”.
Con la especialista coincidió Lucero Mendoza Calixto, estudiante de la Facultad de Psicología (FP) e integrante del equipo auriazul de canotaje. La atleta recordó que si bien en la Universidad el entrenador le exige lo mismo que a ellos, esto no ocurre en equipos ajenos a la institución.
La tres veces ganadora del Premio a la Mejor Deportista por la UNAM reconoció que se pensaba que el canotaje era sólo para hombres, mientras que en el kayak sí podían intervenir las mujeres. Sin embargo, a medida que se abrieron espacios para ellas en los campeonatos mundiales, la situación cambió.
Para quien obtuvo el Premio Estatal del Deporte 2020 y cuatro medallas en la Olimpiada Nacional, es indispensable hacer visibles las desigualdades, a fin de modificar esta perspectiva.
“Una parte es exigir que esto sea igualitario, tener claras las cosas que se pueden pedir, además de conversar. La desigualdad está en el deporte, pero también la fomentamos nosotros como sociedad. Visibilizar y decir: yo merezco participar y entrenar.”
Elenice Andrea Espinosa Páramo, también alumna de la FP, mencionó que desde hace cinco años pertenece al equipo de esgrima y en los entrenamientos no distinguen entre hombres y mujeres.
“En esgrima, como es de combate, lo primero que se debe tocar es romper moldes, pues siempre surge el comentario: ‘eres niña, te va doler, no vas a aguantar’. Hay que romper los estereotipos de que los deportes tienen género”, resaltó la medallista de la Universiada 2017 y 2018.
Leonor Ileana Pérez Hernández, entrenadora de la delegación puma de gimnasia rítmica, manifestó que en el caso de su disciplina predominan las mujeres. Por ello, se requiere abrir más opciones para que los hombres intervengan y formen equipos.
“La mejor solución es romper los esquemas que traemos de generaciones pasadas. Cuando entras a gimnasia, por ejemplo, lo primero que te mencionan es que se te va a hacer un cuerpo de niño. Hay que eliminar esas frases, además de dejar de decir que entrenas como niña, como si el ser niña fuera un insulto. El deporte es una de las mejores formas de romper esquemas”, resumió.
Con información de Gaceta UNAM.