Hablemos de prisionalización

  • Junio 14, 2024
  • Tiempo de lectura: 7 minutos

Por Montserrat Hernández

Después de un intervalo, aquí, retomamos esta columna. Mi gratitud para mis fieles lectores que han estado preguntando por el artículo cotidiano que se venía publicando en este espacio.

¡Los Abrazo!

Manos a la obra...

Consideraba el Coronel Montesinos, que cuando una persona entra a la prisión, el que entra es el hombre y no el delito, con esta frase me gusta iniciar las clases de derecho penitenciario, y el primer tema abordado es explicar la prisionalización.

También llamado efecto carcelazo, de manera coloquial, el efecto de prisionalización es el trastorno adaptativo que enfrenta la persona que ingresa a una cárcel o centro penitenciario.

En la historia del derecho penitenciario, se tiene registro de que Donald Clemmer acuño la palabra prisionalización, a “la adopción en mayor o menor grado de los usos, costumbres, tradición y cultura general de la Prisión”.

Mas adelante, en el año 2010, Echeverri, denomino prisionalización “al proceso por el que una persona, por consecuencia directa de su estancia en la cárcel, asume, sin ser consciente de ello, el código de conducta y de valores que dan contenido a la subcultura carcelaria”

Ahora bien, este golpe afectivo psico social, debe ser abordado desde un enfoque multidisplinario, atendiendo un contexto médico, psicológico, sociológico, jurídico, etc.; por lo que en el estudio de este proceso de adaptación debe abordarse desde múltiples variantes.

Es decir, no es igual para todos, algunos estudiosos del tema, asumen que las variantes que influyen en un mayor o menor impacto, es la edad, nivel o trayectoria penal y cultura; aunque existen diversos análisis en los que se podría considerar incluso el tiempo sanción; ya que dicho trastorno no seria igual para quien enfrenta una pena de 5 años de prisión o de 30 años.

Por lo que algunos, duran más en la etapa del vestíbulo, que otros, se llama el vestíbulo a ese cuadro de depresión, que enfrenta el interno en el que busca desarrollarse en una sociedad intramuros, siendo el nuevo integrante social.

Lo que indiscutible, es que existe una profunda transformación del ser humano cuando se asume en una cárcel, por lo que de manera inmediata comenzara a aprender los diversos códigos sociales que se dan en su nuevo entorno, debiendo poner especial cuidado en esta etapa, porque podría traer consecuencias fatales.

De ahí, que al ejercer profesionalmente en un centro penitenciario, debe considerarse en el equipo de trabajo la participación de criminólogos, psicólogos y médicos, quienes brinden elementos de contención emocional inmediata para transitar este proceso, con una madurez e inteligencia emocional.

 

¿De que tema te gustaría que habláramos?

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