Ahora sí los socios más importantes de México ya se preocuparon: los embajadores Canadá y Estados Unidos ya ayer se pronunciaron que hay preocupación a inversionistas por el Poder Judicial.
Graeme Clark comentó que la reforma al Poder Judicial del presidente López Obrador genera incertidumbre a los inversionistas de Canadá. Resaltó que el segundo mercado más importante para los canadienses es México.
Delia Barraza
Los tratados comerciales hasta ahora se han beneficiado entre las tres naciones, pero hoy la situación política de México no son del total agrado de los vecinos del norte. Además, Canadá es el segundo país con mayor inversión extranjera directa en México.
El Embajador de Estados Unidos, Ken Salazar dijo que la reforma que considera la elección directa de jueces y magistrados es un riesgo para el funcionamiento de la democracia en México y arriesga la integración comercial de México con Estados Unidos. Comentó que el debate sobre la elección directa de jueces puede tener consecuencias políticas y amenaza la relación histórica y la integración de Estados Unidos, México y Canadá bajo el TMEC.
Además, el Embajador Salazar sacó los fierros y mostró los dientes, alertando sobre la posible infiltración del narcotráfico en la elección de los jueces. “Las elecciones directas también podrían hacer más fácil que los cárteles y otros actores malignos se aprovechen de jueces inexpertos con motivaciones políticas”, dijo el político del país vecino.
Al unísono los dos embajadores fijaron su posicionamiento, para el día de hoy el presidente hará un extrañamiento, pero ayer en la noche ya se adelantó la Dra. Sheinbaum con un tweet:
“Información muy relevante: en 43 de los 50 estados de los Estados Unidos de América se eligen los jueces por voto popular”.
Y tiene razón… pero también los socios están preocupados.
¿Y qué va a pasar con los socios preocupados y molestos?
Por lo pronto el Embajador Salazar dejó de ser condescendiente y empezó a subir la voz, pareciera que el Departamento de Estado ya se preocupó. ¿Qué sigue?
La salida del presidente se continúa complicando.
La rebobinada del sistema político con la 4T pareciera que el aparato se volvió a reiniciar al viejo sistema político. Sin tierra y con visos de privatización del petróleo.