El viernes en redes sociales, la presidenta Claudia Sheinbaum develó el nombre de sus futuros Secretarios de Defensa Nacional y de Marina, recayendo la decisión en el General de División D.E.M. Ricardo Trevilla Trejo y el Almirante Raymundo Morales Ángeles.
Sin duda en la Defensa Nacional el relevo fue terso o era el Subsecretario García Rincón o quien resultó elegido quien funge como Jefe de Estado Mayor de la Defensa Nacional. En cambio en la SEMAR se dieron con todo, ya que la lucha estaba entre el Jefe de Estado Mayor, el Oficial Mayor y el Director del Corredor Inter Oceánico. Ganó la sucesión la ruta marítima comercial. El Almirante Morales Ángeles desde enero del año pasado fue nombrado director de uno de los proyectos ancla del presidente, además fue el orador por parte de la SEMAR en un evento donde estaban presentes el Presidente López Obrador y la presidenta Claudia Sheinbaum ahí el mensaje estaba muy cantado.
¿Quién viene a la Defensa Nacional? Viene un General que fue cuartelero y también estuvo en altos cargos, con Felipe Calderón fue el Jefe de Prensa del General Secretario Galván Galván, a él le tocó armar toda la estrategia de prensa del Ejército Mexicano para contrarrestar los efectos de la “Guerra contra el Narcotráfico”. Es un mando militar que viene del Estado Mayor y por tal es alguien que conoce la realidad de los estados en el país, es alguien que ayudó y ayuda al actual General Secretario a tomar decisiones sobre el panorama situacional en el territorio. En la SEDENA se decidió por un mando informado, tal vez, uno de los más informados del estado que guarda el país.
En cambio en la SEMAR se eligió por un Ingeniero Mecánico Naval, con poco mando y de mucha administración ¿Para qué se preguntará usted amigo lector? Muy sencillo, para mantener a la Marina fuera del juego de los servicios de inteligencia y sea el Ejército quien lleve la total coordinación, ya que en el pasado a la Marina se le etiquetaba de tener la relación con la mayoría de las agencias norteamericanas en el combate al Narcotráfico.
En esa dirección, el Ejército llevará la voz cantante y a la Marina entrará el Almirante más obradorista, para que por si alguna razón algún servicio de inteligencia extranjero quisiera hacer una intervención no sea por el lado gris y todo pase todo por el lado verde olivo.
La comandanta en jefe de las Fuerzas Armadas, si bien es cierto contará con el respaldo y lealtad de Ejercito, Fuerza Aérea MExicana y la Marina, no debemos olvidar que en esta sucesión se juegan diferente a las demás: van juntos. Por eso vimos a un Almirante Obradorista y a un General bastante informado y que no pasó por los contratos.
Gran parte de la gobernabilidad de este proyecto del segundo piso de la transformación pasará por el tamiz de las fuerzas armadas… por eso se necesitaba blindar por donde pasará el poder en los próximos seis años.