
La presidenta de la Mesa Directiva del Senado, Laura Itzel Castillo Juárez, anunció con solemne convicción que las nuevas reformas en materia de amparo vienen a cerrar la puerta trasera por donde algunos ciudadanos y empresarios han escapado —legalmente, claro está— de pagar impuestos. Porque en México, evadir al fisco con amparos no era corrupción, era estrategia.
Durante una entrevista televisiva, la senadora explicó que se trata de iniciativas de la presidenta Claudia Sheinbaum (porque sí, ya hay nueva jefa en Palacio) para reformar desde la Ley de Amparo hasta el Código Fiscal. El objetivo: que no se puedan suspender provisionalmente actos relacionados con deudas fiscales, a menos que el contribuyente jure por su abuelita que el dinero es lícito. Spoiler: eso habrá que demostrarlo, no solo decirlo.
Además, se habló de cosas tan modernas como digitalizar expedientes y hacerlos consultables en línea —algo que suena revolucionario, como si fuera 2008— y, por supuesto, asegurar que los archivos digitales coincidan con los de papel, no vaya a ser que en el país del “se me traspapeló” alguien se confunda.
Castillo Juárez cerró con broche dorado: estas reformas son para que todos paguemos nuestros impuestos, como Dios (y el SAT) mandan. Y para los empresarios que se amparaban más que con cobijas en invierno, malas noticias: el juego se acabó… o eso dicen.
En otro tema, pero no tan lejos del espíritu cívico-moral, la senadora recordó que “no mentir, no robar y no traicionar” no es un lema político, sino un dogma casi constitucional. Así que, si usted anda vendiendo gasolina pirata, más vale que vaya buscando abogado (que no pida amparo).
Porque, ya lo sabe: en este nuevo México, todos somos iguales ante la ley… sobre todo si no eres parte de la 4T.
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