
Hermosillo, Sonora.- "Hay muchas aristas, cuando hablamos de medio ambiente, hay que recordar que tenemos una cuenca que está en debate, pues se dijo que estaba contaminada y Grupo México dijo que estaba limpia, se dijo que se requería un programa integral de remediación, pero la empresa dijo que no, solamente hasta el tramo que llega hasta Arizpe", mencionó la doctora Nohemí Haro Velarde.
La egresada de El Colegio de Sonora, señaló que la afectación por contaminación del derrame no ha sido solamente económica, sino también ambiental y de salubridad y a siete años de ocurrido el desastre ecológico se suman las consecuencias generadas por la pandemia que no dio tregua a los habitantes de la región.
Destacó que hay poca claridad en el tema a pesar de ser uno de lo de mayor gravedad en la región, y se denegaron las opciones para otorgar agua limpia a la población, pues no fueron aprobadas dentro del fideicomiso, que corría por cuenta de Grupo México y el Gobierno federal, que se retiró en febrero del 2017 luego de que determinaron que el Río Sonora ya no presentaba contaminación.
"Se rechazaron en todo el proceso, se ejercieron más de mil millones de pesos, pero en realidad no se pudo resolver el problema primario para la población, que era dotarlos con agua limpia, entonces ahorita la población la está comprando en purificadoras. Esa es otra afectación alterna o secundaria", dijo.
El rechazo y la modificación de ciertas propuestas, la ausencia de mecanismos de control y de verificación de pérdidas para el pago de las indemnizaciones y la denegación de alternativas de largo plazo, tuvieron consecuencias duales que fueron la desaprobación y descontento social por el incumplimiento del compromiso del gobierno federal, y el deterioro de la imagen corporativa de la empresa responsable y de la industria minera en general.
En su investigación, la egresada del Doctorado en Ciencias Sociales destaca que el derrame evidenció las debilidades operativas del régimen de responsabilidad ambiental, y la importancia de la movilización de la población afectada en la definición y la difusión de las condiciones problemáticas a un público más amplio.
"No remediaron el problema, se gastaron el fideicomiso en obras de corto plazo, no resolvieron el problema de la calidad del agua de la población y ahora tienen que comprar agua purificada (…) Es una zona con población bajamente remunerada, entonces hay una porción importante que está tomando agua de la llave, porque no tienen para la purificada ya que viven al día, quedan en mayor desventaja la población vulnerable de la región", puntualizó.
La creación del Fondo Río Sonora y la voluntad política del Ejecutivo Federal permitió el establecimiento de una agenda gubernamental enfocada en la remediación del río Sonora, sin embargo, en la agenda de decisión la deliberación de la Comité Ejecutivo sobre la especificación de las alternativas, propició la denegación de temas y diversas transformaciones que distorsionaron los temas y los objetivos inicialmente establecidos. (Kiosko Mayor).
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