
En el marco de la celebración del conversatorio “Tren Maya: Miradas y aproximaciones desde las comunidades”, se denunció más presencia de personal federal de seguridad en la región que ha provocado una militarización en la Península de Yucatán y afectaciones a los habitantes de las comunidades indígenas de la Península.
Consecuentemente, se dijo, los pabladores han ido víctimas de engaños, despojo y desplazamiento de sus comunidades, así como sobornos en los ejidos, firma de convenios a ciegas, hostigamiento, condicionamiento a programas sociales y destrucción de la selva.
El evento fue organizado por el Seminario Universitario de Sociedad, Medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI), de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y el Consejo Civil Mexicano para la Silvicultura Sostenible (CCMSS), con la participación de cuatro activistas mayas de los estados de Campeche, Yucatán y Quintana Roo.
Aseguran que las comunidades han recibido las obras del tren Maya como una imposición, “que no es solo un tren y mucho menos maya”, porque además de la construcción de vía férrea incluye la edificación de estaciones y nuevos centros urbanos, que provocarán: migración, mayor urbanización, turismo masivo, presión sobre los recursos naturales, mayor dotación de servicios y la agudización de la problemática socio-ambiental que ya padece la región.
En la charla participaron: Sara López del Consejo Regional Indígena y Popular de Xpujil (Cripx) y María Hernández del Ejido Don Samuel en Escárcega, ambas de Campeche; Wilma Esquivel Pat, indígena maya masehual, del Congreso Indígena de Gobierno en la Península de Yucatán y Ángel Sulub, indígena maya del Centro Comunitario U Kúuchil Ch’i’ibalo’on en Quintana Roo, participaron de este ejercicio.
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