
La imaginación es el mejor refugio, el santuario en el que podemos encontrar consuelo en tiempos difíciles Thomas De Quincey
Por: Arturo Suárez Ramírez / @arturosuarez
Como suele suceder en el calendario de la política nacional, cada septiembre marca el inicio de un nuevo ciclo legislativo. Así comenzará el segundo año de esta Legislatura y el segundo de la presidenta Claudia Sheinbaum, a quien su mayoría con sobrerrepresentación en las cámaras le ha permitido aprobar todas sus iniciativas; lo que viene no será la excepción.
Vaya cierre el que se vivió en la Permanente: empujones, gritos y sombrerazos. Hasta un zape le tocó a Gerardo Fernández Noroña. Claro que es condenable la violencia en todas sus formas, incluso la ejercida por el peor presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República. Basta con asomarse a las redes, inundadas de videos que exhiben a un hombre prepotente, fuera de sí, que lo mismo se gritonea con la prensa, le falta al respeto a adultos mayores, evade impuestos o agrede a un taxista. Ese es Noroña.

Ahí queda el autoritarismo del senador, que la semana pasada vivió la peor crisis desde que inició su carrera política. A partir de ahora regresará a su escaño y será el mismo de siempre: el que le grita a Lilly Téllez, el que faltó al respeto a Porfirio Muñoz Ledo y el que nunca logró formar parte del círculo cercano de López Obrador ni del ingeniero Cárdenas. Claro que eso no significa que personajes como él no tengan utilidad. Para una oposición sin fuerza ni votos, solo queda el escándalo; y para mantener un “orden” conveniente, nada mejor que una mano dura, un porro como en las escuelas. De eso saben bien.
La factura del costo político la veremos pronto, pero Noroña se la cobrará cara a sus correligionarios: cumplió el trabajo, le aprobó todo al Ejecutivo y hasta desvió la atención de temas cruciales como Adán Augusto y “La Barredora” o las tensiones con Estados Unidos. No hay que olvidar que el senador llegó ahí por el acuerdo de haber sido comparsa en la postulación de Claudia Sheinbaum. Sin embargo, sus aspiraciones presidenciales siguen intactas y volverá a mostrarlas.
Por fortuna, se terminó el circo en que habían convertido al Senado. La llegada de la senadora Laura Itzel Castillo promete seriedad y dar voz a todos los grupos parlamentarios. Aunque la aplanadora está lista para lo que se ofrezca, es importante el mensaje de tolerancia y cordialidad que manda la hija del reconocido Heberto Castillo. Su apellido está cargado de la izquierda combativa, pero no de intolerancia; de principios, y no de reflectores. Un estilo completamente distinto y pertinente.
Vendrán momentos de tensión, principalmente por las sospechas de corrupción de Morena y por la antesala de la renegociación del T-MEC. Lo que menos necesita el país es un gladiador del micrófono; lo que hace falta son legisladores que entiendan el momento histórico y estén a la altura de la exigencia.
La senadora Laura Itzel Castillo llega con aceptación, incluso de la oposición, por su historia, su trayectoria y la herencia de su apellido… pero mejor ahí la dejamos.
Escríbeme tus comentarios al correo suartu@gmail.com y sígueme en Instagram: @arturosuarez_.Hasta la próxima.
Más historias
Se atascó la carreta
Ismael, su vida y el narcotráfico
Juego de manos es de villanos