Se atascó la carreta

Por: Fernando Moctezuma Ojeda – @FerMoctezumaO


La Cámara de Diputados arrancó un nuevo periodo ordinario con un déjà vu que ya parece tradición: la incapacidad de la clase política para ponerse de acuerdo en lo básico. Con discursos solemnes, himno entonado y la ley en mano, Sergio Gutiérrez Luna seguirá unos días más al frente de la Mesa Directiva, porque —para variar— Morena y sus aliados decidieron que la oposición puede esperar.

En los pasillos, la historia se contó de otra manera. En conversaciones uno a uno –en un elevador–, el PAN aseguró a este reportero que no cederán en sus cuatro propuestas —Kenia López Rabadán, Margarita Zavala, Federico Döring y Germán Martínez—. Cuando pregunté a un legislador de Morena “¿en dónde se atoró la carreta?”, la respuesta fue seca: “son cuatro perfiles intransitables”. Traducido al castellano: en San Lázaro hay bloqueos no porque falten nombres, sino porque sobran prejuicios.

Ricardo Monreal, siempre con oficio de equilibrista, salió a decir que no hay crisis, que el diálogo sigue y que todo se resolverá antes del 5 de septiembre. Palabras más, palabras menos, es el mismo discurso con el que se maquilla cada impasse legislativo. Pero cuando un coordinador priista como Rubén Moreira admite públicamente que sí hay crisis, es porque la casa realmente está ardiendo y alguien insiste en negar el humo.

El PAN no ayudó demasiado: su lista de propuestas huele más a ajuste de cuentas internas que a búsqueda de consenso. Margarita Zavala, Kenia López, Döring y Germán Martínez son perfiles que despiertan más pasiones que simpatías, y Morena lo sabe. El resultado es un bloqueo político que mantiene a Gutiérrez Luna como presidente interino, justo a tiempo para recibir el primer Informe de Gobierno de Claudia Sheinbaum. Casualidad o jugada estratégica, el desenlace será el mismo: la oposición viendo cómo le extienden la silla pero nunca el respaldo.

La narrativa oficial es que “no pasa nada”. Que la ley prevé la prórroga y que no hay vacío de poder. Pero lo que en realidad se exhibe es la incapacidad de las fuerzas políticas para cumplir con un trámite que debería ser rutinario. Mientras tanto, se gasta capital político en discusiones que, a la ciudadanía, le resultan tan distantes como inútiles.

El fondo es más simple de lo que parece: Morena no quiere ceder a perfiles que considera incómodos, aunque hace un año había aceptado que la oposición encabezara la Mesa Directiva. El PAN insiste en sus cartas, como si no entendiera que en la política negociar es ceder. Y en medio, el PRI observa, juega al árbitro y capitaliza el discurso de la “crisis” sin quemar demasiado sus propios puentes.

En resumen: el Congreso instaló su periodo de sesiones con la solemnidad de un acto republicano, pero la realidad es que está atrapado en su deporte favorito: convertir cada acuerdo en un campo de batalla. Como siempre, el discurso –y la foto– es de unidad y diálogo; la práctica, la de un poder que se resiste a funcionar si no es a base de vetos, bloqueos y pequeñas venganzas. A fin de cuentas, en San Lázaro no gobierna la ley, sino la habilidad para estorbar mejor que el rival.

APUNTES CLAVE:

TRASCENDIÓ: Además de lo anterior, que las pugnas internas en el Grupo Parlamentario de Morena ponen bajo presión a la vicecoordinadora Gaby Jiménez, quien este domingo pudo pasar desapercibida, casi ‘nadando de muertito’, pero en cuanto se supere este impase, habrá que poner atención en los movimientos del ajedrez monrealista. //SENADO: Al más puro estilo siciliano, en la Cámara Alta, el mandamás de Paraíso decidió quiénes sí y quienes no podrán acceder, como prensa, a la toma de protesta del nuevo Poder Judicial, que se prevé será llevado a cabo este lunes, alrededor de las 19:00 horas. Sin convocatoria para la acreditación, fue ‘su dedito’ quien determinó la lista de medios que podrían acceder al recinto de Reforma 135, quebrantando flagrantemente el derecho a la información. Muy ‘Cosa Nostra’, si me lo pregunta //CANASTA BÁSICA: El coordinador del PRI en la Cámara de Diputados, **Rubén Moreira**, advirtió que la realidad económica del país contradice el discurso oficial. Señaló que 46 millones de mexicanos con empleo no pueden adquirir la *canasta básica*, mientras que los datos del gobierno presumen una reducción de la pobreza a 38 millones de personas. Acompañado del economista Mario Di Costanzo y del conservacionista Ignacio Loera, Moreira destacó que la informalidad laboral alcanza ya a 34.1 millones de personas y que el empleo formal ha perdido más de 800 mil plazas en lo que va del año. Ambos especialistas coincidieron en que el gobierno no impulsa la producción ni genera empleos, lo que mantiene una economía estancada y profundiza la desigualdad.

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