Después de casi un año de sesiones híbridas y debates por cámara web, el Senado de la República decidió ponerle freno al constitucionalismo digital.
El Pleno aprobó modificar el acuerdo que regula las reuniones a distancia o semipresenciales de las comisiones legislativas. ¿La nueva regla? Ya no se podrán discutir ni votar reformas a la Constitución vía Zoom.
Sí, aunque la tecnología lo permite, la Carta Magna seguirá siendo —por ahora— un asunto de presencialidad obligatoria. El cambio aplica, claro, salvo que se trate de dictámenes para desechar iniciativas. En esos casos, el mouse y el micrófono vuelven a tener poder.
El acuerdo entra en vigor de inmediato y será publicado “para su máxima difusión”, lo que, en lenguaje parlamentario, significa que aparecerá en la Gaceta del Senado, ese documento que pocos leen pero todos citan.
Entre otros temas, el Pleno también dio primera lectura a la Ley de Ingresos 2026 y a la nueva Ley Orgánica de la Armada de México —ambas sin conexión a internet—, y aprobó la licencia del senador Luis Fernando Salazar Hernández, quien se separa del cargo por un día. Sí, un día. Lo justo para que su suplente pueda tomarse la foto oficial.
Así, el Senado reafirma que las reformas constitucionales son cosa seria… siempre y cuando haya quórum en persona y buena señal de WiFi.

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