Por Antonio Amaya Vidal.
El golpe blando es una estrategia para derrocar un gobierno electo usando herramientas mediáticas, judiciales, económicas y sociales; en vez de usar la fuerza.
No parece un golpe, pero pera como uno pues cuenta con cinco fases documentadas:
1. Desgate mediático: narrativa constante de crisis, caos e incompetencia.
2. Movilización social dirigida: Marchas o movimientos sociales hechos por actores políticos y que es amplificado por medios.
3. Deslegitimación institucional: Llamar al gobierno “dictadura”, “narcoestado”, “fraude”, todo esto sin tener pruebas sólidas.
4. Lawfare: Una combinación de las palabras inglesas law (ley) y warfare (guerra), describe la instrumentalización de la justicia para dañar la imagen de un adversario y se refiere al uso político de fiscalías y jueces para acelerar sus intenciones.
5. Remoción “legal”: Renuncia forzada, juicio político exprés, presión internacional.
La importancia de este concepto hoy es porque los golpes actuales no usan armas, usan las emociones que provocan indignación e instalan la idea del colapso, logrando que cuando la gente pide “orden” se logra aparecer un remplazo.
En México en el año 2025 hay hechos verificables de un golpe blando y son:
– El asesinato de Carlos Manzo se convirtió en arma política en pocos minutos, a pesar de que no existieran datos oficiales.
– La marcha de la “Generación Z” ya estaba siendo organizada por grupos opositores (Partido Revolucionario Institucional y Partido Acción Nacional) y la muerte de Manzo simplemente acelero la narrativa.
– La exigencia dominante que consiste en exigir la renuncia y no hacer un pliego petitorio estructurado.
– Hubo grupos que iniciaron agresiones contra policías.
– Los grupos que enfrentaron a los policías denunciaron “represión”.
Los medios de comunicación convencionales y las redes sociales de los opositores como TV Azteca por instrucciones de Ricardo Salinas Pliego ordenó dar cobertura inusualmente intense y alarmista que fue superior a otras expresiones más grandes.
Esa narrative por parte de los opositore fue uniforme en los noticieros y en las redes sociales con las consignas: “fuera Morena”, “Revocación de mandato” y hablar de un “narcoestado”.
También existen factores internacionales que se está dando como que Donald Trump ha dicho abiertamente que invadiría México para combatir los cárteles, los Senadores Republicanos de Estados Unidos de América (E.U.A.) han propuesto autorizar acción militar unilateral y declarar a los cárteles como terroristas, aunque no hay intervención formal sí existe presión narrativa internacional.
En Brasil, Paraguay y Bolivia sucedió un golpe blando pues un hecho violento se usó como catalizador político, se generó indignación moral inmediata, hubo protestas sin demandas claras pero muy amplificadas, medios creando un clima de “caos permanente”, se usó una narrative de ingobernabilidad como justificación.
Lo que queda para ser un buen ciudadano hay que documentarse con diferentes puntos de vista, se debe cuestionar sí la intervención de otro país sería sano para la soberanía de México, se debe de analizar que el embajador de E.U.A. en nuestro país fue integrante de las fuerzas especiales de E.U.A y también participó en la CIA (Agencia Central de Inteligencia).
Nota: Se debe estar informado sin importar la postura que decidas creer y no caer en la manipulación mediática.
Antonio Amaya Vidal
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