
Por J.L. Palacios Islas
CDMX.-En una carta, ensayo histórico de 12 hojas, el presidente que quiere emular e impulsar el proyecto alternativo de Francisco I. Madero, Andrés Manuel López Obrador, da «clases» de historia, pero además alejado del discurso mañanero para convocar a la gobernadora, gobernadores y Jefa de Gobierno hacer historia y respetar el voto.
Sin mencionar a los violentos y violadores de las mujeres, sin referirse tampoco a su propuesta de acabar con los órganos independientes -pero que ahora reconoce como inmejorables-, incluso reconocer los equilibrios, y eliminar los apoyos desde el gobierno a candidatos y partidos, López Obrador hace suyo después de un siglo el proyecto alternativo de Madero una república democrática, sin estar en medio de una tempestad.
Muy diferente el corpus del discurso, de la retórica mañanera, el escrito refleja un pensamiento muy distinto, todo, “para hacer, con absoluto respeto a sus personas, investiduras, facultades y autonomías constitucionales (que no atiende cuando piden audiencia), una atenta recomendación con miras a las próximas elecciones y con el más sincero propósito de establecer, en definitiva, una auténtica democracia en nuestro país”.
«… en el año 2000, cuando se respetó el triunfo del Partido Acción Nacional y de su candidato a la presidencia (sin mencionarlos como derecha), y en las últimas elecciones del 1 de julio de 2018, cuando la mayoría de los ciudadanos decidió apoyar el proceso de transformación que está en marcha para desterrar la corrupción y el régimen de injusticias y privilegios que predominaba”.
..en la actualidad hay condiciones inmejorables para convertir en realidad esa aspiración histórica de México y establecer una verdadera democracia en nuestro país. El pueblo así lo demanda; hay partidos (ya no adversarios) bien definidos en el terreno político e ideológico, existen instituciones electorales encaminadas a ser cada vez más libres e independientes como el Instituto Nacional Electoral, el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y la Fiscalía Electoral, recientemente creada, para combatir delitos que se cometan en esta materia y que ahí están considerados en la Constitución y en el código penal como grave por lo que se castiga con cárcel y sin derecho a salir bajo fianza a quienes violen las libertades políticas de los ciudadanos.
La estabilidad política no se consigue en ausencia de liberad ni mediante el puro progreso material, la democracia podrá no traer el cuerno de la abundancia (recordando a José López Portillo), pero sí produce equilibrios necesario para evitar que una persona o una minoría se adueñe del poder público y se propicie que la riqueza, en vez de distribuir con justicia, se concentre en unas cuantas manos. No olvidemos que muchos de los problemas que se han dado al traste con el progreso de México, se ha originado por la corrupción engendrada por el predominio de un sistema político, elitista y antidemocrático.
Por ello, propuso, “de la manera más horizontal y respetuosa que establezcamos un acuerdo nacional en favor de la democracia… actuaré como siempre con absoluta rectitud y en defensa de la soberanía popular, y a esto mismo les convoco a ustedes. Concretamente, les exhorto a que no intervengamos para apoyar a ningún candidato de ningún partido; a no permitir que se utilice el presupuesto público con fines electorales; a denunciar la entrega de dinero del crimen organizado o de la delincuencia de cuello blanco para financiar campañas; impedir la compra de lealtades o conciencia; a traficar con la pobreza de la gente; a no solapar a tramposos o “mapaches” electorales; a evitar el “acarreo” y el relleno de urnas, la falsificación de actas y todas estas abominables prácticas ilegales y antidemocrática que deben quedar en el pasado.
Insisitó en que Madero ha sido único. “¿O acaso sabemos de otro presidente en la historia de México que haya escrito a los gobernadores para recomendarle que se abstengan de manipular el voto y garantice con equidad la libre decisión de los ciudadanos?
Por eso, los convoca a un acuerdo nacional, en lugar de exigirles el cumplimiento de la ley. Nada más, con eso sería más que suficiente. Acatar, respetar, cosas que no hace el propio presidente, lo que establece la Constitución y no salir con “otros datos”. Señor Presidente “ya chole” con historia y de Madero.
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