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Por Antonio Amaya Vidal
Coatlicue, en náhuatl “la de la falda de serpientes”, es la madre de Huitzilopochtli, dios de la guerra, quien nació para defender a su madre de la furia de sus hermanos. Se dice que Coatlicue ofrecía como penitencia barrer el Templo de la Serpiente, y que un día cayó del cielo una bola de plumas finas, que guardó en su pecho y al buscarla ya no la encontró, pues con ella había quedado encinta.
Claudia Sheinbaum anunció la construcción de ‘Coatlicue’, será la supercomputadora pública más poderosa de América Latina, que busca dotar al país de capacidad de procesamiento de datos para investigación científica, toma de decisiones públicas y desarrollo tecnológico.
José Antonio Peña Merino, titular de la Agencia de Transformación Digital y Telecomunicaciones, remarcó que ‘Coatlicue’ formará parte del Plan México y tendrá alrededor de 15 mil GPUs (Unidad de Procesamiento Grafico), lo que equivale a unas 375 mil computadoras operando de manera simultánea.
Rosaura Ruiz que es la secretaria de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, afirmó que el proyecto marca “un paso muy grande” para la ciencia mexicana.
Ruiz dijo que ‘Coatlicue’ encabezará la red nacional de supercómputo, integrada por equipos como los del Instituto Politécnico Nacional (IPN), la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) y universidades estatales.
Ruiz destacó que el volumen de datos hace “humanamente imposible” procesar la información científica sin supercómputo, es por ello que el proyecto “coloca a México en etapas mucho más modernas”.
La presidenta de México resaltó que ‘Coatlicue’ permitirá al país procesar información que hoy tarda semanas o meses. “Queremos que sea una supercomputadora pública, del pueblo de México”, afirmó Sheinbaum.
“En dos años, México tendrá una capacidad que no existe en ningún otro país de América Latina”, dijo Sheinbaum.
‘Coatlicue’ alcanzará 314 petaflops, equivalentes a 314 mil billones de operaciones por segundo, siete veces más que ‘Pegaso’, la supercomputadora más grande de Brasil; y más de 100 veces las capacidades del sistema mexicano ‘Yucca’, localizado en Sonora.
Entre sus usos, Peña Merino destacó la capacidad para predicciones climatológicas, modelación de agua superficial y subterránea, planeación energética, procesamiento de datos fiscales y aduaneros en gran escala, aplicaciones en salud, movilidad y telecomunicaciones.
Sin duda alguna un gran paso científico para México, que apuesta por el desarrollo tecnológico y que pone a la par con otros países. El desarrollo de la ciencia en estos tiempos es importante pues la era tecnológica cada vez sobrepasa a toda la humanidad y adaptarse a las nuevas necesidades es vital.
Antonio Amaya Vidal
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