Piden al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos detener la política de od

Por J.L. Palacios Islas
«… la autoridad está estrechamente vinculada con el autoritarismo y puede convertirse fácilmente en enemiga de la libertad y la democracia», destaca Andrew Heywood, en su libro Introducción a la Teoría Política,Tirante lo bllach, 2017. Si esto esto ya ocurre en México, entonces, la petición hecha hoy por diputadas y diputados federales de oposición a Michelle Banchelet, Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, por la política de odio que se promueve desde las más altas esferas del poder y su partido oficial hostiga y amenaza a quienes piensan diferente, pues se atenta a la libertad y a la democracia.

En una carta entregada y dirigida también a Guillermo Fernández Maldonado, representante del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México, en la cual recuerdan que Mario Delgado y Citlalli Hernández, presidente y secretaria general, respectivamente, de Morena, partido oficial, anunciaron una campaña nacional para desprestigiar, hostigar y promover el odio en contra de los que piensen diferente. Y las diputadas y los diputados de oposición están siendo amenazados de muerte.

Asimismo, en la misiva exponen: El presidente llegó con una política basada en el populismo su estrategia de comunicación durante las mañaneras se ha convertido en una tribuna en la cual prevalece el discurso de odio y señala, desprestigia y promueve la confrontación entre las mexicanas y los mexicanos.

Es a través de otro poder (Presidencia) y otro partido (Morena) están arriesgando la seguridad, pues ya se conocen algunas amenazas de muerte por votar en libertad de democrática. El discurso de odio desde las mas altas esferas del poder ponen en riesgo las vidas de las legisladores y los legisladores. Por ello, solicitan la intervención con los acuerdos firmados y haga respetar. Se votó en libertad democracia y no se puede obligar el sometimiento de un poder a otro poder. Lo que está pasando en México es la destrucción de la democracia e instituciones sólidas y el no respeto a la Constitución.

Andrew Heywood explica en su libro página 160: «En algunos casos el liderazo político (no autoridad o la autoridad que le da el cargo) se construye casi por entero sobre la autoridad carismática, como en el de los líder fascistas Mussolinni y Hitler que, al presentarse a sí mismo como #el caudillo# trataban deliberadamente de conseguir un poder irrestricto emancipándose de cualquier nocion de liderazgo constitucionalmente definida». Los dirigentes política «manipulan» el carisma de su imagen en los medios o como Mussolini, Stalin, Hitler y Mao Tsetung, crean el «culto de la personalidad» con un total control de su equipo propagandístico, añade.

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