
CDMX.- Las labores domésticas y de cuidados que realizan las mujeres constituyen un trabajo que se debe visibilizar dentro y fuera del hogar, porque contribuye a la economía del país y del mundo, razón por la cual sería benéfico reconocerlo como actividad laboral remunerada, coincidieron en señalar académicas de la UNAM.
Patricia Rodríguez López, investigadora del Instituto de Investigaciones Económicas (IIEc), refirió: si se pagaran las actividades como el cuidado a los niños o limpieza de la casa, representaría casi 25 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país. Empero, estas tareas no son reconocidas porque no son remuneradas.
En la conferencia de prensa a distancia “10 de mayo: impacto económico del trabajo doméstico y de cuidados”, consideró que una forma de hacer crecer el PIB de un país es que ellas entren al mercado de trabajo pagado, permanezcan en él y obtengan un buen salario. No obstante, lo que ha ocurrido es que se han integrado en trabajos de servicios informales, con baja paga y la aceptación de brechas salariales.
Asimismo, expuso que siete de cada 10 personas que no estudian ni trabajan, son mujeres. “Todo el trabajo que hijas, chicas, adolescentes realizan en su hogar, tampoco es reconocido; se dice que ‘no hacen nada’ o que ‘sólo están en su casa’. Esa labor debe ser aceptada”, expuso la experta.
Rodríguez López dio a conocer que además del trabajo de cuidados, aproximadamente 56 por ciento participa en el mercado informal y 54 por ciento gana de uno a dos salarios mínimos. Lo mismo sucede con las jefas de familias, quienes se hacen cargo de la manutención de los hogares, y cuyo número va en aumento.
De las mujeres que reciben un salario por el trabajo doméstico en otros hogares, 83 por ciento lo hace en sustitución de aquellas que salen al mercado de trabajo, añadió la integrante del IIEc.
Los gobiernos, opinó, deben considerar que las mujeres requieren tener igualdad de derechos laborales y de ingreso, toda vez que de esa manera la economía crecería de forma más equilibrada. Además de reconocerlo, también requieren otorgar un presupuesto suficiente para programas que respalden el trabajo femenino y de cuidado.
Edith Ortiz Romero, del Centro de Investigaciones y Estudios de Género (CIEG), de esta casa de estudios, coincidió en que numerosas actividades que se realizan a diario dentro del hogar como limpieza, compras, preparar los alimentos o contención emocional no se perciben como trabajo.
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