
Cientos de personas salieron a las calles en tres de las principales ciudades de Texas la noche del lunes para apoyar las protestas contra las redadas migrantes en Los Ángeles.
En Austin y Dallas, las manifestaciones se alargaron hasta el anochecer y terminaron en enfrentamientos con la Policía local, después de que las autoridades declararan las protestas como “asamblea ilícita”, según informaron medios locales.
En Austin, la capital del estado, los manifestantes marcharon hacia la oficina local del Servicio de Inmigración y Aduanas (ICE), donde la Policía y agentes del Departamento de Seguridad Pública de Texas (DPS) intentaron dispersarlos con gas pimienta y balas de goma. Varias personas fueron arrestadas.
En Dallas, por su parte, la Policía comenzó a dispersar a los manifestantes sobre las 22:00 h local y también lanzó gas pimienta contra las personas que cargaban pancartas con mensajes como “nadie es ilegal” o “fin a las políticas de deportación”.
El gobernador de Texas, el ultraconservador Greg Abbott, es un aliado cercano de la Administración de Donald Trump y ha dado su apoyo a las políticas antimigrantes, incluida la respuesta militarizada a las protestas en California.
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